Author: Dinito
•9:30

Cerca de la rosa, la espina, y junto a la espina la rosa. Así decía uno de los versos de un hermoso poema que en algún instante en mi etapa de estudiante de colegio el profesor nos hacía leer, sin comprender en aquel momento lo profundo del mensaje, que luego con el paso de los años, y por todas las experiencias vividas, he podido darme cuenta que tal como dice el poema así es nuestra vida, una composición ineludible entre el aroma exquisito de las rosas, representadas por todas las cosas y los momentos de bonanza y felicidad, y por otro lado las espinas, identificadas por esos momentos de dolor y sufrimientos que a todos en mas de una ocasión, también nos toca saborear. 

Y es que mientras las rosas - de todos los colores y tamaños - afloran con toda intensidad en nuestras vidas, nuestro hogar, nuestra familia, paracería que lo demás carece de valor, o al menos no le damos la debida importancia, por la sencilla razón de que cuando la vida es \"color de rosas\" y todo marcha \"viento en popa\", solo cuenta nuestro bienestar y tranquilidad; y en muchos casos nos volvemos egoístas y poco sensibles a la necesidad y el dolor ajenos, llegando incluso a olvidarnos de dar gracias a Dios por todas las rosas y bondades que Él generosamente nos prodiga, como manifestación misma de su Amor.

Hace falta entonces que las espinas se hagan presentes, para que empecemos a tomar conciencia, y valorar de esta manera cada acontecimiento que llega a nuestras vidas. Pues precisamente, en los momentos difíciles en que las espinas atraviesan nuestro corazón, y nuestros ojos cargados de lágrimas no nos dejan ver con claridad, es cuando comenzamos a ver la vida de otra manera, y muchas veces, \"gracias a las espinas\", al dolor ocasionado por la pérdida de un ser querido, o por un momento de tribulación, es que podemos alzar nuestra mirada hacia Dios y buscar en sus brazos amorosos todo el consuelo que necesitamos. 

Aprendamos a vivir entre las espinas y rosas que el Señor pone en nuestro camino, conscientes de que cuando las rosas emergen de manera abundante en el jardin de nuestras vidas, es cuando más debemos estar agradecidos con Aquel que lo es todo para nosotros ... para que cuando las espinas hagan su aparición, estemos preparados para asimilar las enseñanzas que ellas nos traen, con la misma madurez, amor y humildad con que recibimos las rosas de la bendición ... Todo es parte del plan de Dios para el crecimiento de nuestras vidas.
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